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Que es la meditación? (4) Cerebro, mente y Ondas

Que es la meditación? (4) Cerebro, mente y Ondas

  • esta es la cuarta parte de la publicación, ¿Qué es la meditación? donde describo la meditación según yo, lo que aprendido, mis experiencias y de la de mentores.

En esta tercera parte hablaré sobre las ondas cerebrales que emite tu cerebro en diferentes estados de ser, y la frecuencia que caracteriza el estado meditativo. Además hablo un poco sobre la diferencia entre el cerebro y la mente y el rol de la ciencia, que tiene la capacidad de medir este tipo de actividad cerebral, en el entendimiento que tenemos de la mente y la conciencia. Y por ultimo unas palabras sobre la idea de la meditación como practica espiritual o una herramienta de bienestar.

Ondas cerebrales

Si observas un Electroencefalograma (EEG) que mide las ondas cerebrales del cerebro, puedes observar grandes cambios fisiológicos en el cerebro unos momentos después de una meditación comparado con antes de empezar. El cerebro se relaja y empieza a mandar señales e información coherente al cuerpo para regenerar y curar.

Para entender un poco mejor la ciencia detrás de la meditación en términos de ondas cerebrales. Usando un electroencefalograma, se pueden medir las ondas eléctricas emitidas por el cerebro. Cuando piensas o tienes alguna emoción, dependiendo de las propiedades la misma, la frecuencia de onda varía. Estas ondas han sido catalogadas en Delta, Theta, Alpha, Beta, y Gamma. Siendo Delta la frecuencia mas lenta que normalmente representa un sueño profundo y Beta siendo una frecuencia alta, analítica y de aprendizaje pero que en su frecuencia más alta representa estrés, miedo y ansiedad y el cuerpo se preparar para pelear o huir.  (escribí otro post al respecto donde explico un poco más las ondas cerebrales en las que trabaja tu cerebro en diferentes momentos)

En un estado de meditación idealmente entra en una frecuencia de onda entre Alpha y Theta (incluso más profundo es posible), donde reside tu subconsciente. Tu cuerpo esta relajado y tu estas entrando un estado de concentración en el aquí y ahora, perdiendo noción de tiempo y espacio y conectado con lo que te rodea y/o aquello con lo que te estas enfocando. Conectar con este estado de mente y cuerpo es el objetivo de muchos atletas para conectar con el estado de Flow, o de muchos artistas para conectar con lo que en ocasiones llamado Deep work, donde algo emerge a través de ellos que de otra manera hubiera sido casi imposible de crear, lograr, percibir. Un estado de unidad que en cuestión espiritual es buscando por muchos para sentirte de la mejor manera, conectar con Dios, contigo mismo, con el amor universal.

Cerebro y mente

Aunque considero que medir las ondas cerebrales es una muy buena herramienta en nuestro camino a entender mejor nuestra mente, creo que hemos invertido mucho tiempo y energía investigando nuestro cerebro considerando que el cerebro contiene dentro la conciencia. Que de alguna manera la actividad cerebral genera la conciencia espontáneamente ahí adentro del cerebro. Creo que esto deriva en cierta medida en que tendemos mucho a confundir lo que es el cerebro y lo que es la mente. El cerebro es ese órgano gelatinoso que contiene neuronas que con impulsos eléctricos manda, recibe e interpreta información externa e interna. La mente es el cerebro en acción, no se puede tocar. Físicamente no existe.

En realidad, lo que medimos con nuestros aparatos tecnológicos es la actividad cerebral, pensando en que nos da un indicio de la mente y de la conciencia que emerge a través de ella, pensando que la conciencia emerge de lo físico, de las conexiones físicas eléctricas, pero descubrimientos científicos y sabiduría antigua nos dicen todo lo contrario. Que la materia emerge de lo imperceptible, de la energía, de la conciencia.

Por muchos años hemos aceptado la idea proveniente de Francis Crick de que todas nuestras penas, emociones, ambiciones, etc. son el resultado de impulsos eléctricos provenientes de neuronas en el cerebro. Pero hay un problema con esta suposición, la suposición de que la conciencia emerge generada por el cerebro.  El problema es que, de la misma manera que las ondas cerebrales mencionadas previamente, la neurociencia demuestra correlación entre la actividad cerebral y diferentes estados de conciencia, lo cual nos ayuda a relacionar y predecir algunos comportamientos y esto es real, pero correlación no implica causalidad. En otras palabras, solo porque la flor se mueve en dirección de donde está el sol durante el día, no es válido brincar a la conclusión de que la flor está causando que el sol se mueva o que el mundo gire. Como dice Gordo White,” decir que estas señales eléctricas crean la experiencia es como decir que Rihanna vive dentro de tu Radio, No vive ahí”

La meditación y la religión

La meditación ha sido por muchos años, y aún es vista así por mucha gente, como una práctica meramente religiosa. Si, es verdad que muchas religiones promueven algún tipo de practica meditativa o relacionada con esta, pero no por ello la práctica es religiosa. De la misma manera que las religiones promueven y practican la lectura de libros, no quiere decir que leer un libro es una práctica religiosa. Con el apoyo de la ciencia, esta idea ha id perdiendo su poder, pero aún hay muchos prejuicios sobre la práctica y si connotación religiosa.

La meditación fue por muchos años vista como algo muy espiritual, a veces una cuestión de magia o hechicería, pero la ciencia se ha encargado de conectar los puntos en un lenguaje contemporáneo. La participación de la ciencia en este proceso ha sido importante para que la meditación haya dejado de ser una practica vista como algo completamente espiritual o religioso y se ha convertido en una herramienta para el bienestar, para la salud e incluso para la felicidad. Una práctica sencilla con muchos beneficios, pero requiere disciplina.