Español
Entre dos mundos. La llamada a la aventura hacia lo que quiere emerger, al nuevo mundo

Entre dos mundos. La llamada a la aventura hacia lo que quiere emerger, al nuevo mundo

En audio puedes encontrar un episodio del Podcast Emergente sobre este tema.

Los subtítulos son

  • El Monomito
  • Maestro de dos mundos
  • Naciendo a un programa
  • Llamada a la aventura al nuevo mundo
  • El camino aparece
  • Entre dos mundos
  • Entre el yo y el YO (Emergente)
  • Un proceso común.
  • La humanidad entre dos mundos

Hablar de dos mundos puede sonar para muchos un poco raro. En ocasiones usamos frases como “tu andas en otro mundo” para referirnos a estar lejos de la realidad actual o del momento presente. A veces “estar en otro mundo” es estar en una realidad alternativa, en una posibilidad pasada o futura que nos hace pensar e imaginar algo que no podemos experimentar con nuestros sentidos.

En este articulo hablo de “los dos mundos” sobre todo por la influencia de la mitología y específicamente del trabajo de Joseph Campbell en mi manera de entender esta idea. Déjame te explico de que se trata.

El monomito

La mayoría de los mitos e historias que existen, tienen un origen o estructura común. Joseph Campbell, mitólogo y escritor estadounidense, lo llama el “Monomito”. Campbell describe en ‘el viaje del héroe’ y en su libro “El héroe de las mil caras”, las etapas que constituyen este trayecto que es representado en la mayoría de los mitos e historias que conocemos. Una estructura cuyo arquetipo no solo es encarnado por los heroes de miles de historias y mitos, sino también por nosotros mismos, nuestro propio ‘viaje’.

En esta estructura mitológica, el héroe siempre se encuentra en un mundo cuando de repente es llamado a una aventura. En cuanto emprende el viaje, éste se encuentra con un mentor que lo ayudará en el camino. Después de esto el héroe cruza la “puerta” entre mundos para emprender un viaje donde tendrá distintos retos, en algunos de los cuales se enfrenta con la muerte. Pero el héroe puede recordar/redescubrir sus dones y se sobrepone. Una vez que triunfa, su experiencia es la gran bendición que ahora tiene como misión regresar y compartir en el mundo del que proviene.

Esta estructura mitológica o ‘Monomito’ la vemos no solamente en miles de historias antiguas o en culturas ancestrales. La vemos hoy también en algunas de las más famosas películas tales como Harry Potter, El señor de los anillos o La guerra de las galaxias. Historias modernas que están influenciadas en gran parte por el trabajo de Joseph Campbell.

Maestro de dos mundos

En esta estructura mitológica de la que hemos hablado, el héroe parte de un mundo para aventurarse en el descubrimiento de uno nuevo. El héroe parte del mundo de donde proviene hacia uno desconocido, donde tras situaciones inesperadas y grandes batallas, logra triunfar al descubrir nuevas capacidades que hacen esto posible. Ahora, el héroe ha conquistado un mundo mas allá del que conocía, el héroe ha logrado dominar este segundo mundo.

Te platico esto porque la mitología e historias que tienen este tipo de estructura se refieren no a un héroe allá afuera, sino a ti. El héroe eres tú, luchando a tus propios demonios en un mundo desconocido para convertirte en una nueva persona. En algo totalmente nuevo. La persona que partió de su mundo para emprender ese viaje murió, la nueva persona ha emergido.

Naciendo a un programa

Nacemos y rápidamente se nos implanta un chip. No es literal ¿o si? Nacemos y rápidamente se nos carga con una cantidad impresionante de informacion de quien somos y quien debemos ser. Se nos enseña cómo nos llamamos, como debemos portarnos, en que debemos creer, cuando hablar y cuando no hablar, que sí y que no decir, etc. Añadido a esto traemos mucha informacion heredada. El programa y lo heredado juntos, es a lo que me refiero con el chip. Un ‘paquetote’ de informacion que crea lo que eres “tu”.

Apenas vamos empezando a poder hablar y ya casi todo esta decidido por nosotros. Este chip o paquete de informacion de quién eres tú y cuál es tu rol en el mundo, que es entregado a ti desde que apenas estas abriendo los ojos, es la historia de tu vida que se entregada a ti desde el comienzo. Y no solo contiene todo lo que eres y lo que se espera de ti, en gran parte contiene ya un camino, un futuro casi decidido para ti, de lo que vas a conseguir y que tan legos vas a llegar.

Ese paquete incluye no solamente lo de tu círculo cercano, creencias, formas de ser, hablar, actuar, pensar, etc. también contiene mucha informacion de tu entorno más afuera, de la sociedad donde has nacido. Incluye lo que la narrativa actual del mundo cuenta.

Todo este paquete es la historia de ti, y es la historia que vas a tener cargando toda tu vida. A menos de que hagas un esfuerzo por cambiarla. A menos de que algo en el camino te haga ver que hay una realidad más allá de esa que te fue entregada, que hay una historia distinta, el camino esta decidido.

La llamada a la aventura al nuevo mundo

En ocasiones nos toma una vida entera darnos cuenta de de este paquete de informacion, de lo que crea quien somos. Para muchos ver más allá del programa, ver una posibilidad alterna posible, les puede tomar casi 50 años, cuando llegan a una crisis de la media vida. Ahí es cuando normalmente empezamos a cuestionarnos lo que hemos hecho por años y a darnos cuenta que una vida más allá de lo que han creído y pensado es posible.

Para otros de nosotros, un evento o una sacudida nos hace ver las cosas en perspectiva y nos permite ver que un mundo diferente es posible. Este tipo de experiencias lo que hacen es de inicio mostrarnos una ventana hacia un mundo que antes no podíamos percibir, una ventana que antes estaba cerrada. No podíamos ver más allá de nuestro propio programa automático y creado para nosotros.

Cuando por alguna razón podemos al menos imaginar un posible nuevo mundo, cuando de alguna manera recibimos de la vida una llamada a la aventura, entonces un nuevo mundo es creado. Cuando esta posibilidad se crea, cuando esta ventana aparece y nos hace ver ese mundo, quedarnos donde estamos es imposible. Tarde o temprano emprenderemos un viaje hacia allá. Aunque nos resistamos a la llamada por un tiempo, la llamada regresará cada vez más fuerte hasta que le hagamos caso. Nos invita y quiere llevarnos a experimentar este mundo.

El camino aparece

Cuando por cualquier razón, ya sea una sacudida, una crisis o por inspiración, nuestra mente e imaginación es capaz de percibir más allá de su programa, más allá de sus circunstancias actuales, entonces un mundo de posibilidades empieza a ser perceptibles. El camino hacia este nuevo mundo se ha creado, las oportunidades empiezan a presentarse.

Cuando somos capaces de ver más allá de lo que creíamos que éramos o lo que creíamos que era el mundo, entonces haz empezado el viaje. En ese momento una parte de ti ya ha partido en rumbo a un nuevo mundo, a una nueva realidad, a un mundo donde tu más grande potencial es posible. Pero al mismo tiempo, aunque una parte de ti ha emprendido el camino y dejado el viejo mundo, el viaje apenas comienza, falta un tramo para poder llegar. Estas en un espacio entre dos mundos. Entre el mundo en el que vivas y el mundo en el que quieres o vas a vivir.

Entre dos mundos.

El espacio entre dos mundos puede ser bastante incierto. Te encuentras lejos de lo familiar, de lo conocido, de lo que creías o crees que eres tú y al mismo tiempo lejos de lo que puedes ser o lo que sabes que quieres conseguir. Estar ahí es incomodo.

Cuando nos encontramos en esta situación, una gran parte de nosotros quiere constantemente regresar a lo conocido, a las formas de ser y pensar de antes. Queremos regresar a criticar, a juzgar, a justificarse a victimizar porque al menos ahí se siente ‘normal’ o familiar. Queremos regresar a estar con las mismas personas o en los mismos lugares de antes porque al menos ahí me siento en control, es predecible.

Pero incluso hacer esto ya tampoco es posible. Muchas veces, aunque lo intentemos, hay algo que no se siente bien, sabemos que esto no es realmente la verdad, que esto no se siente del todo bien, que esto no es lo que realmente somos, que esto no es realmente lo que queremos.

De la misma manera que regresar ya no es del todo posible, estar en el nuevo mundo no es tampoco todavía una opción. El nuevo mundo es una idea y una posibilidad, pero debemos convertirnos en esa persona que es capaz de llegar ahí. Aunque ahora sabemos que es posible, se vuelve complicado confiar que el proceso en el que estamos es difícil confiar que estamos en el mejor camino para poder llegar ahí. El camino es a veces tan desconocido e incómodo, que aunque sepas que ese mundo existe, dudamos o dejamos de conectar con él.

Estar entre dos mundos es una situación muy peculiar donde no sentimos que estamos en un mundo ni en el otro. No podemos regresar al anterior pero tampoco estamos en el nuevo mundo. ¿Entonces que hago?

Creo que lo único que podemos hacer es entender mejor lo que este proceso significa y como se siente. Aprender mas de la gente que ha vivido algo parecido y entender que no eres la primera ni la ultima persona que se encuentra en esta posición. Si entendemos esto y nos recordamos constantemente como se siente esta visión del futuro, este nuevo mundo, entonces vamos a crear el camino, vamos a poder rendirnos ante el proceso y confiar que vamos a llegar.

Tratar de controlar el proceso o querer saber el camino, en este tipo de circunstancias solo va a empeorar las cosas. Resistirnos a este camino, a esta transformación, solo va a crear dolor y sufrimiento. Fluir con él, creo es la única verdadera opción.

Entre yo y el YO (emergente)

Como lo mencionamos arriba, nacemos en un mundo que es entregado a nosotros. Un mundo que nos dice quien somos y que debemos de hacer. Esto va creando la idea de quién eres tú, va creando tu personalidad. La idea que tienes de ti mismo, tu idea del “yo”, es en gran parte construida por tu este chip. Gran parte es creada por este paquete de información, por tu entorno y tu ADN.

Mas allá de esta idea implantada en ti, más allá de la máscara, programa o ego que crea lo que se considera ser tú, lo que consideras es el “yo”, está lo que tú en realidad eres. Descubrir quien tu eres es un camino que solo tú puedes emprender. Un camino que te irá dando respuestas al caminar para ir destapando todo ese potencial que yace dentro de ti. Hay algo dentro de ti que es tu mejor versión, lo que realmente eres, tu máximo potencial. Ese algo dentro de ti que tiene la llave para llevarte a la vida de plenitud que tantos buscas. Hay un “Yo” dentro de ti que quiere conseguir esto, que ya existe. Tu “Yo Emergente”.

La batalla entre el programa/ego y tu verdadero Yo, entre el “yo” construido por el programa y el “Yo emergente” es quizá el proceso más importante de la vida.

Los dos mundos representan aquí tu versión actual y la que emerge. Un mundo es tu persona del pasado, la versión aprendida de ti mismo, con la que te has ido identificando. Es el programa adquirido, es tu ego. El otro mundo es quien tu realmente eres, lo que emerge desde dentro de ti, tu Yo Emergente, tu máximo potencial.

Nacemos en el primer mundo, pero en algún momento, la vida nos manda notificaciones, nos muestra que una vida más allá de ese primer mundo conocido es posible. Recibimos una llamada a la aventura, a emprender este camino a la nueva posibilidad, al nuevo mundo. Un nuevo mundo que es donde en verdad logramos conocer y experimentar neutro máximo potencial, nuestro verdadero yo.

Un proceso común

Dadas las circunstancias de mundo, especialmente por la etapa de caos y transformación en la que nos encontramos, creo que todos nosotros estamos pasando por un proceso de este tipo. El caos que vemos en el mundo nos está empujando cada vez más rápido a un camino de conocer el segundo mundo. La llamada a la aventura nos está llegando cada vez más seguido a todos nosotros y aunque muchos todavía la han ignorado, las circunstancias y el caos los empujan constantemente a ver esta realidad, esta posibilidad.

La mayoría de nosotros estamos nos encontramos actualmente en un proceso de este tipo, nos encontramos entre dos mundos. Un espacio donde una vieja historia de nosotros, y del mundo en el que vivíamos, ya no existe, ya no estamos ahí. Hemos partido, y un nuevo mundo aparece en nuestro radar. Sabemos que este nuevo mundo es posible, pero no tenemos idea cómo ni cuándo podremos estar ahí. Querer saber nos hace dudar y querer regresar al mundo anterior. No nos gusta estar en este espacio incomodo y desconocido. No nos gusta estar sin saber que va a suceder, como sucederá y cuando sucederá.

Es especialmente en estos momentos de incertidumbre y desconexión, donde juntos debemos enfocar nuestra atención y recordar esa posibilidad mayor del futuro, confiar en el proceso para ir creando el camino que nos lleve ahí. Si en vez de eso reaccionamos con miedo y tratamos constatemente de regresar a la historia anterior, al mundo anterior, entonces estaremos causando más dolor, más problemas, más sufrimiento tanto a nivel individual y colectivo.

Humanidad entre dos mundos

Como humanidad estamos actualmente también, y de hecho como reflejo del estado interno, pasando por una transición importante donde una vieja historia, un mundo está muriendo. Mas bien dicho, ya se fue. Pero la nueva historia o el nuevo mundo todavía no está ahí. Una gran parte de nosotros intenta constatemente de aplicar más control para poder mantener el mundo que teníamos antes pero esto es imposible.

Permitirle a este nuevo mundo emerger es un trabajo que es más interno que externo. Cuando todos nosotros empecemos a fluir por el cambio interno que estamos experimentado y conectemos con todo aquello que quiere emerger a través de nosotros, estaremos acercándonos a pasos agigantados a este nuevo mundo.

Vivir en miedo y en resistencia no nos va a regresar al mundo anterior, solamente va a crear más caos, dolor, y sufrimiento. Fluir con el cambio aceptando lo desconocido y reinventándonos constatemente para acercarnos a esa nueva versión de nosotros que quiere emerger, a esa versión de nosotros del nuevo mundo, nos va a transportar directamente ahí.